jueves, 8 de enero de 2009




Casas

"Años atrás escuché una analogía maravillosa: la vida como una casa. Quien la narraba decía que la vida, exuberante y generosa, nos ha dotado de muchos recursos internos, por lo que podríamos compararla con un palacio, una gran casa con muchas habitaciones: algunas amplias, abiertas y luminosas; otras aún oscuras; y muchas otras ocultas, apenas esbozadas o absolutamente desconocidas. Es bueno saberlo: nuestra casa interior siempre tiene un gran jardín, está abierta al sol durante el día y a la luz de las estrellas por las noches. Pero nosotros, pequeños y confundidos, viendo sólo una de las habitaciones, muchas veces creemos que tenemos una casita de un ambiente; nos pasamos la vida en una habitación, entrando y saliendo de ella como si fuera la única que poseemos, y desconociendo por consiguiente, todos los otros cuartos de la casa, de cuya existencia ni siquiera estamos enterados. Nunca salimos al jardín porque creemos que no es nuestro y por miedo cerramos cuidadosamente la ventana, perdiendo así incluso la posibilidad de contemplar las estrellas. Por eso, cuando te sientas acorralada o creas que estas viviendo como apretada, oprimida, recuerda esta enseñanza, que es muy antigua. Y aventúrate a salir de tu encierro, a recorrer tu casa interior. Tendrás momentos de deslumbramiento, sin duda, y probablemente otros de miedo, porque una habitación a oscuras o una escalera que no sabes adónde te conduce siempre puede ser un motivo de susto. (…) "
"Sana y Linda" by S. Zurschmitten.

No hay comentarios: